16 de mayo de 2012

He vuelto

He vuelto.
Me marché en silencio. Últimamente es algo que me gusta poner en práctica.
He aprendido que es mejor así.
Más cobarde, eso también, pero irte en silencio te permite volver y quizás no contar nada...
De la otra manera no sacias a nadie y menos a ti mismo, además de andar cerrando puertas, es un ruido que no soporto. Prefiero, en general marcharme así, aunque esta vez ha sido para transportar mi cuerpo a una isla pequeña en donde hablaban extraño...
El lunes es ya el segundo día para ellos, de un lugar como ese sólo podía sacar buenas conclusiones...
Aunque vuelvo con los ojos más cubiertos que desnudos, por sueño, he tenido que encender mi computador, tenía una idea fantástica sobre la vida misma, siento que tengo una conexión especial o eso diría un niño a punto de meter los dedos en el enchufe. Los niños no llevan responsabilidad alguna a sus espaldas, saben lo que dicen...
Las islas tienen algo igual que los países árabes, algo que me susurra:
“Planta aquí tus raíces, al menos dos centímetros y unas cuantas líneas de tu tiempo, empápate de lo nuestro, regala tu cara a un viento lleno de alientos sutiles e insinuantes”
En las islas normalmente hablan bonito, dicen frases como "joven" y me gusta oírlo aunque sea mentira, no soy el típico personaje que viene con un empaquetado que dice MUY FRÁGIL pero eso a veces me asusta, muchas veces... También asusta a los villanos, una pena, ya quedamos pocos atrevidos en el país del miedo y del piénsalo.
Al mismo tiempo mi empaquetado me permite que se me acerquen los niños, los ancianos, las chicas dulces, las manos suaves, las flores, los secretos, la brisa, la música y el atardecer...
Han sido unos días llenos de montañas marrones y rojas con cascadas verdes, de frutas tropicales y de preguntas... muchas, quizás demasiadas y fue tal y como lo sospechaba, las montañas efectivamente no te dan la solución, pero te ofrecen una serie de preguntas llenas de caminos... No te piden nada aparte de que las sientas y si quieres, las recorres... Me ha parecido ver mi reflejo en algún charco pero no me ha dado miedo, todo lo contrario...
Sigo sin comprender a quien no dice nunca “te quiero” porque las palabras se las lleva el viento, ni al que dice que para no sufrir hay que no esperar pero vuelvo con la cabeza llena de nuevas interrogantes y múltiples senderos...
Espero que hoy me leas también, porque esta vez es para ti el mensaje...
El equilibrio es complicadísimo, creo yo, porque ¿quién se encarga de equilibrar el equilibrio?
Yo suelo caminar con calma, eso ayuda mucho... Por ejemplo, tener la cabeza llena de preguntas y encontrar su respuesta en mi e-mail, me hace feliz y camino de día o en las noches, lo hago bajo un cielo estrellado o bajo una fuerte lluvia, me da igual porque mi vestimenta se lava y se seca y sigue igual... Yo no le temo a la lluvia, forma parte de mi ya que tenemos varias historias juntos... .
Un saludo a todos y un muchas gracias por esperar...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario